Epicteto

epicteto

Epicteto (c. 55 – 135 d.C.) fue un filósofo greco-romano del periodo helenístico. Consiguió superar enormes obstáculos para pasar de ser un esclavo romano lisiado a convertirse en uno de los filósofos más populares y solicitados de su época.

Fue uno de los maestros más influyentes de los últimos años de la escuela del estoicismo, y considerado por algunos como el más grande de los estoicos. Debido a que se han conservado muy pocas obras originales del estoicismo, sus enseñanzas transcritas son también una fuente importante de nuestro conocimiento del movimiento.

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Vida

Epicteto nació alrededor del año 55 d.C. en la ciudad romana de Hierápolis (la actual ciudad de Pamukkale, en el suroeste de Turquía). Pasó su juventud en Roma como esclavo de Epafrodito, un rico liberto y secretario del emperador romano Nerón. Era cojo de nacimiento o, como dicen algunas fuentes, fue lisiado deliberadamente por Epafrodito. Ya como esclavo, estudió filosofía estoica con uno de los mayores maestros estoicos de la época, Cayo Musonio Rufo, antes de que éste fuera exiliado por Nerón por sus enseñanzas éticas.

Consiguió la libertad tras la muerte de su maestro por el emperador Domiciano, sucesor de Nerón, y comenzó a enseñar filosofía en Roma. Sin embargo, hacia el año 93 d.C., el emperador Domiciano desterró a todos los filósofos de Roma (y finalmente de toda Italia), y Epicteto viajó a Nicópolis, en el noroeste de Grecia. Allí fundó su propia escuela filosófica, que pronto adquirió una buena reputación, atrayendo a muchos romanos de clase alta. Su alumno más famoso fue Arriano (Flavius Arrianus: c. 86 – 160 d.C.), que estudió con él de joven y escribió los famosos «Discursos» y el «Manual» basados en sus apuntes.

Llevó una vida de gran sencillez, con pocas posesiones. Se dice que era un poderoso orador y que era famoso por su conocimiento y sabiduría. Según algunos informes, era más popular en su época que Platón en la suya, y el emperador Adriano (entre otras figuras eminentes) lo favorecía y puede haber visitado su escuela en Nicópolis. Nunca se casó ni tuvo hijos, y durante muchos años vivió solo, aunque en su vejez adoptó al hijo de un amigo (que de otro modo habría sido abandonado a su suerte), y lo educó como propio.

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Epicteto murió alrededor del año 135 d.C. en Nicópolis.

Obra

Por lo que se sabe, el propio Epicteto no escribió nada, y todo lo que queda de su obra fue fielmente transcrito por su alumno, Arriano, alrededor de los años 104 – 107 d.C. La obra principal son los «Discursos» (de los que se conservan cuatro de los ocho libros originales), y un compendio popular de esa obra, titulado el «Enchiridion» (o «Manual»).

La escuela filosófica del estoicismo había sido fundada casi 400 años antes de Epicteto, y se ha conservado muy poco de las obras originales de Zenón de Citio y Crisipo de Soli (c. 280 – 207 a.C.). Por lo tanto, la mayor parte de nuestros conocimientos sobre la filosofía estoica nos llegan a través de Epicteto, aunque es difícil saber hasta qué punto conservó las doctrinas originales y hasta qué punto innovó y adaptó.

Epicteto se centró más en la Ética (y menos en la Lógica y la Física) que los primeros estoicos, y llevó a una conclusión lógica la tendencia del estoicismo a reducir la filosofía a la Ética. Consideró que el papel del maestro estoico era animar a sus alumnos a descubrir la verdadera naturaleza invariable e inviolable de las cosas. La naturaleza de las cosas se divide en dos categorías: las que están sujetas a nuestro poder exclusivo (por ejemplo, el juicio, el impulso, el deseo, la aversión, etc.), y las que no lo están (por ejemplo, la salud, la riqueza material, la fama, etc.). Para alcanzar el objetivo último de la ataraxia (un estado mental imperturbable y sereno), el filósofo debe, por tanto, concentrarse en aquellas cosas sobre las que tiene algún control, y no dejarse afectar por los objetos externos de nuestra vida (sobre los que no tenemos ningún control). Esencialmente, pues, el estoicismo enseña el desarrollo del autocontrol y la fortaleza como medio para superar las emociones destructivas, con el fin de desarrollar un juicio claro y una calma interior y el objetivo final de liberarse del sufrimiento.

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Los estoicos eran esencialmente materialistas, y concebían a Dios como una especie de aliento ardiente que se mezclaba perfectamente con toda la materia del universo y transformaba la materia de «materia» indiferenciada en las variadas formas que vemos a nuestro alrededor. La mente de cada persona era, literalmente, un fragmento de Dios, y la racionalidad que cada uno posee, por tanto, un fragmento de la racionalidad de Dios. Vivir en armonía con la naturaleza y aceptar lo que nos depara el destino eran también preceptos importantes de los estoicos. Epicteto sostenía que nunca podemos dejar de ser felices si aprendemos a desear que las cosas sean exactamente como son.

Libros de Epicteto

Vea las fuentes adicionales y la lista de lecturas recomendadas más abajo, o consulte la página de libros de filosofía para obtener una lista completa.

  • Enchiridion (Dover Thrift Editions) por Epicteto (Autor), George Long (Traductor)
  • La idea estoica de la ciudad de Malcolm Schofield (Autor)
  • La ética del estoico Epicteto (Revisioning Philosophy) por Adolf Friedrich Bonhoffer
  • Filosofía helenística: Estoicos, epicúreos y escépticos de A. A. Long (Autor)
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